PRÁCTICA 2. AUTOBIOGRAFÍA LECTORA Y AUDIOVISUAL
¡Hola! Vaya, llevaba mucho sin escribir en este diario. Pero bueno, después del tiempo que hemos estado encerrados, me apetece contar cómo he sobrevivido a estar tres meses sin poder salir de unas paredes que no cambiaban de color, fuera de día o de noche. He echado mucho de menos salir, andar, respirar...
Aun así, creo que no todo ha sido tan malo. En realidad, no puede pasar nada malo si no sales de unas paredes; simplemente, no pasa. Así que me he refugiado en lo único que me podía aportar un poco de realidad alternativa: los libros y el cine. Quizá suene típico, pero es lo más parecido a abrir una puerta y volver a sentir que he tenido en estos meses.
He de confesar que yo había renegado de la lectura. Que eso no era para mí (a pesar de que me leí los siete libros de Harry Potter en una semana exactas hará unos años). Que leer era aburrido. Y, sin embargo, el aburrimiento me hubiera comido si no hubiese empezado aquel libro titulado Mistborn. Ya sabía que me gustaba la fantasía (confesaré que me he visto otra vez toda la versión extendida de el Señor de los Anillos) pero Sanderson ha conseguido hacerme chillar, llorar, reír, sufrir. Y me atrevería a decir que incluso todas esas emociones han sucedido en la misma página. Y, como bien él dice, siempre hay otro secreto.
Así que de Mistborn, decidí pasar a descubrir los secretos que había en todo el Cosmere. Y aquí estoy ahora, siguiendo a un hombre de pelo largo algo deprimido y a su hada madrina azul. Bueno, dicho así no suena muy épico. Lo volveré a presentar: aquí estoy, siguiendo a Kaladin y a Syl; a Dalinar y Adolin; a Jasnah y a Shallan.
No sé si se hará adaptación cinematográfica en algún momento, pero si la hay, podré ir (por fin) al cine; es una de las cosas que más echo de menos.
En fin, espero que esto mejore. Sean cuales sean las circunstancias, hay que intentar disfrutar. Como dicen los Radiantes, viaje antes que destino.
Comentarios
Publicar un comentario